Chubby, el perro de canoterapia que acompaña corazones en Parque de la Paz

Chubby, el perro de canoterapia que acompaña corazones en Parque de la Paz

Conoce la historia del noble Terranova que acompaña a las familias en Parque de la Paz, llevando consuelo y esperanza a través de la canoterapia.

En medio del silencio y las lágrimas, una figura peluda de mirada dulce se abre paso por las salas de velación de Parque de la Paz. Se llama Chubby y es un perro Terranova de dos años que, con solo mover la cola o apoyar suavemente su cabeza en las rodillas de alguien, logra algo extraordinario: transformar el ambiente, aliviar el corazón y traer consuelo donde el dolor pesa.

Su presencia no es casual. Detrás de su noble labor hay una historia de amor, vocación y ciencia, guiada por Irene Palacios Noboa, médica veterinaria, tanatóloga y especialista en terapia asistida con animales. Juntos forman un equipo que demuestra cada día que los gestos más simples pueden tener un poder profundamente sanador.

El inicio de una misión con propósito

Chubby no nació sabiendo que algún día acompañaría el duelo humano, pero parecía tenerlo en su naturaleza. Desde cachorro mostró una calma poco común, una mirada empática y una curiosa capacidad para conectar con las personas. Fue en Canoterapia Ecuador, un centro especializado en entrenar perros de asistencia, donde comenzó su camino hacia una vida con propósito.

Irene, quien ya había trabajado con animales de terapia, notó enseguida algo distinto en él: su paciencia. Durante su entrenamiento, Chubby aprendió a mantenerse tranquilo ante ruidos, emociones fuertes o abrazos inesperados. Poco a poco, fue adaptándose a entornos difíciles, hasta estar listo para cumplir su rol más importante: acompañar a las familias de Parque de la Paz en momentos de despedida.

La ciencia detrás del amor: qué es la canoterapia

La canoterapia es una intervención asistida en la que los perros actúan como co-terapeutas, facilitando la comunicación, reduciendo el estrés y ayudando a las personas a liberar emociones reprimidas. Está comprobado científicamente que acariciar o mirar a un perro incrementa la oxitocina, la hormona del apego, mientras reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés.

En el contexto del duelo, esta interacción tiene un valor especial: permite que las personas salgan por unos minutos del estado de shock y reconecten con su entorno. Chubby no juzga, no interrumpe, no habla. Solo está presente. Y en esa presencia, muchos encuentran la calma que las palabras no logran ofrecer.

“A veces, un silencio compartido con Chubby puede hacer más que mil frases de consuelo.”

Cuando la ternura rompe el silencio del dolor

Quienes lo han visto entrar en una sala lo describen como un “rayito de luz”. Basta su entrada para que los rostros se suavicen y la tensión del ambiente cambie. Algunos lo acarician, otros lo observan en silencio, pero en todos despierta algo: una emoción dormida, un recuerdo feliz, una respiración profunda después de mucho tiempo.

Irene observa con atención esos gestos. En ese momento, comienza el proceso terapéutico: Chubby actúa como puente emocional, ayudando a que las personas puedan hablar de lo que sienten. “Él rompe el hielo”, comenta Irene. “Yo me acerco después para escuchar, acompañar y ofrecerles herramientas que los ayuden a atravesar su duelo con más serenidad”.

A veces, las lágrimas fluyen. Otras veces, el llanto se detiene. En algunos casos, la familia se reúne alrededor de Chubby y, sin darse cuenta, comienzan a compartir anécdotas. Su presencia, más que consolar, une. En medio del dolor, crea un espacio de ternura compartida.

Un entrenamiento basado en paciencia y empatía

El proceso para convertir a Chubby en un perro de terapia fue cuidadoso y gradual. Durante un año entero, su equipo lo fue adaptando a distintos estímulos: luces, sonidos, personas, abrazos, ambientes cargados de emoción. Primero entraba a las salas por pocos minutos y luego se retiraba a jugar o descansar, para evitar el estrés. Con el tiempo, pudo permanecer hasta una hora sin mostrar signos de fatiga.

Irene y Chubby se convirtieron en un binomio inseparable. Aunque él vive con su familia en Canoterapia Ecuador, su conexión con ella es tan fuerte que se entienden con la mirada. Irene sabe cuándo necesita un descanso, y Chubby sabe cuándo debe acercarse con más delicadeza. Esa sincronía es lo que convierte su trabajo en algo profundamente humano.

Los beneficios emocionales de su presencia

Más allá del consuelo inmediato, la presencia de Chubby genera efectos medibles en el cuerpo y la mente:

  • Disminuye la frecuencia cardíaca y la tensión muscular.
  • Reduce la ansiedad y el estrés agudo provocados por el duelo.
  • Facilita la comunicación entre familiares que estaban distantes o en silencio.
  • Estimula recuerdos positivos del ser querido, favoreciendo el proceso de aceptación.

Pero sobre todo, Chubby brinda algo que no se puede medir: presencia genuina. En un entorno donde todo parece girar en torno a la pérdida, él representa la vida, el amor y la compañía.

Una vida feliz fuera del trabajo

Fuera de su labor terapéutica, Chubby lleva una vida tranquila y alegre. Juega con otros perros, pasea por el bosque, visita cafeterías pet friendly y disfruta de largos descansos los fines de semana. Su alimentación está cuidadosamente elegida —come Wellness de Agripac— para mantener su energía y su salud en óptimas condiciones.

Como cualquier perro, necesita desconectarse del trabajo para seguir brindando lo mejor de sí. Irene y el equipo de Canoterapia Ecuador velan por su bienestar físico y emocional, asegurándose de que su labor esté siempre acompañada de alegría y descanso.

Un recordatorio de amor y esperanza

Chubby no promete curar el dolor. Lo que ofrece es compañía, ternura y silencio compartido. En sus ojos, muchos encuentran la paz que buscan; en su presencia, un espacio para llorar sin miedo. Irene lo resume con una frase que refleja el espíritu de su trabajo: “El duelo no se cura, se acompaña. Y a veces, ese acompañamiento tiene forma de patas y mirada dulce.”

A través de su labor, Parque de la Paz reafirma su compromiso de ofrecer un servicio humano e integral, donde el acompañamiento emocional tiene tanto valor como el descanso eterno. La canoterapia no reemplaza el dolor, pero lo suaviza; no borra la pérdida, pero abre un camino hacia la aceptación.

Un acompañamiento que abraza con amor

En Parque de la Paz creemos que cada despedida merece ser vivida con amor, respeto y esperanza. Por eso, incorporamos programas como la canoterapia con Chubby, que brindan consuelo a las familias en los momentos más difíciles.

Si deseas conocer más sobre este acompañamiento o solicitar su presencia en una sala de velación, puedes comunicarte con nuestro equipo o visitar www.parquedelapaz.com. Juntos, podemos crear un espacio de calma, ternura y conexión emocional.


En Parque de la Paz entendemos lo importante que es tomar decisiones con amor y previsión. Por eso, te ofrecemos acompañamiento integral, opciones accesibles y espacios dignos para rendir homenaje a quienes más amas. Conoce todos nuestros servicios en https://parquedelapaz.com.