Cuando se acerca la vejez, es inevitable pensar en el paso del tiempo y en la muerte al final de la vida. Si bien cuesta desprendernos de nuestros seres queridos, es fundamental que asumamos que no somos eternos, y mientras tanto podemos planificar el fin de nuestros días para que no supongan un problema legal para los que nos sobreviven.
En artículos anteriores, habíamos dicho que un testamento vital permite a la persona que se encuentra en situación de enfermedad crónica, y dependiente de asistencia o no, poder decidir cómo desea continuar el resto de su vida con respecto a los cuidados que se le brinden.
En algunos casos, las personas que se encuentran con su salud muy deteriorada en la etapa terminal de una larga enfermedad pueden elegir interrumpir la asistencia mecánica respiratoria en caso de no poder respirar por ellos mismos.
Muchas personas que gozan de buena salud no se toman un tiempo para reflexionar acerca de cuando se acerque el último tramo de su vida y esperán hasta encontrarse mal de salud para recién comenzar con los trámites que dejen constancia a las personas, allegados y familiares, de sus necesidades físicas cuando ya no pueda hacerse cargo de su propia vida de forma independiente.
La importancia de poder realizar un testamento vital reside en que brindará cierta tranquilidad en su vejez, al igual que para sus familiares y seres queridos que sabrán justamente cómo actuar al momento de que usted sufra el deterioro progresivo de su salud.
Pero ese no es el único beneficio de comenzar a planificar su última voluntad. En este artículo, descubrirá por qué es tan importante hacer este documento de voluntades anticipadas.
Un testamento vital es un documento legal que expresa el deseo de cómo ser tratado al final de la vida. Esta voluntad incluye la autorización a personal médico especializado para ocuparse de sus cuidados paliativos para garantizarle un bienestar integral hasta el final de su vida. Entre las características que podemos mencionar se destacan:
Además de las características principales que se manifiestan al realizar un testamento vital, puede encontrar múltiples beneficios si se decide a planificar su último deseo a través de este documento legal.
Puede que estando sano no tenga la necesidad de realizar este trámite, pero eso no es excusa para olvidarse del asunto por tiempo indefinido. Eventualmente, debe asumir la responsabilidad de redactar el documento y elegir a un representante o apoderado que haga valer su voluntad, también a los testigos.
Hacer esto le permitirá anticiparse a las posibles enfermedades que puedan aquejarlo en el futuro y que aún desconoce el impacto que tendrán en usted. Por lo cual, es más que recomendable que vaya pensándolo desde ahora. Descubrirá que puede ayudarlo a conocer un poco más de usted mismo, comprendiendo cómo quisiera pasar sus últimos días, llegado el momento de la despedida de este mundo.
Si deja pasar mucho tiempo y le descubren una enfermedad potencialmente agresiva que va deteriorando su salud hasta la discapacidad, no podrá realizar su testamento vital sin ayuda. Incluso, es probable que necesite delegar o nombrar un representante para la redacción del documento dejando en claro al menos el mensaje que desea transmitir.
La materialización del testamento vital garantiza el cumplimiento de su voluntad en el último trayecto de su vida. Si este documento está ausente, no hay forma de validar la voluntad de un adulto mayor que está en situación de vulnerabilidad física y es muy posible que los familiares sean los que dispongan de sus tratamientos. Realizarlo con cierta anticipación le evitará el sufrimiento de una prolongación forzada de la vida.
Si usted decide cómo desea terminar su vida o los tipos de cuidados que solicita para vivir con mayor dignidad los últimos momentos, le evitará a su familia pensar qué hacer con usted cuando no pueda valerse por sí mismo.
A veces es necesario un golpe de realidad para hacer entender a sus familiares que ningún tratamiento al que se someta podrá devolverle la salud de antaño. Con este testamento vital limitará gastos innecesarios tanto para usted como para sus familiares más cercanos.
Estos apoderados permitirán ejercer el poder de hacer cumplir la voluntad del testador si este se encuentra imposibilitado cuando su vida o muerte están en juego.
Y por último, representa un acto liberador del estrés porque garantiza que se cumplirá su deseo y su familia lo apoyará en sus decisiones porque quieren lo mejor para usted.
En conclusión, siempre será complicado elegir el momento para redactar el testamento vital, pero mientras más anticipe al proceso y lo planifique, será lo mejor. De esta forma evitará principalmente que otras personas decidan por usted cómo pasará sus últimos momentos, y eliminará una responsabilidad enorme a sus seres queridos en tiempos de adversidad.