10 maneras de sobrellevar el duelo de un hijo
Conozca en este artículo las alternativas más recomendables para sobrellevar el duelo del hijo tras la irremediable pérdida.
El duelo de un hijo es una de las circunstancias más dolorosas de la vida y seguramente la más difícil de superar. En la mayoría de los casos, nunca se supera sino que simplemente se acepta esa nueva realidad con el paso del tiempo y se trata de vivir con eso, pero es posible que los padres que sufrieron esta pérdida necesiten ayuda terapéutica.
Aunque parezca difícil de sobrellevar al principio, las personas que sufren una pérdida tan irreparable pueden experimentar el duelo de un hijo de diferentes maneras. Algunos padres, dependiendo de las circunstancias en que se produce la muerte, tardan más tiempo en superar el duelo que otros. Pero en definitiva, todos necesitan ayuda y apoyo emocional de sus seres queridos para afrontarlo de la forma menos traumática posible.
En este artículo, podrá conocer 10 consejos prácticos, que los padres pueden considerar para sobrellevar el duelo de un hijo de la manera menos dolorosa.
¿Qué es el duelo y cómo se presenta en los padres?
Ningún padre considera la muerte de un hijo como una posibilidad, ya que se supone que, por ley natural, los padres no sobreviven a sus hijos. Sin embargo, por más que cueste admitirlo, esta realidad tan dolorosa e injusta se repite con más frecuencia de lo que quisiéramos.
Las reacciones frente al duelo de un hijo tras su pérdida son similares a la de otras muertes de familiares, pero suelen ser más duraderas e intensas en sufrimiento. A menudo, los padres sometidos a este dolor experimentan trauma, confusión, rechazo a la idea de la muerte, negación de la pérdida, incluso cuando la pérdida del hijo era esperada.
También es posible que sientan tanta angustia que no le den las fuerzas y el ánimo para desempeñar las actividades diarias. Incluso, levantarse de la cama por las mañanas puede ser desesperante y varios de los hábitos comunes pueden llegar a modificarse. Las personas se pueden abandonar físicamente, dejar de alimentarse o comer demasiado, dormir muchas horas seguidas y experimentar fatiga crónica.
Además de estas reacciones, los padres que perdieron un hijo pueden sentir que la vida ya no tiene ningún sentido, que desearían irse junto a su hijo. Podrían experimentar pérdida de la fe religiosa, si la hubiesen tenido, y sentir envidia por las familias cercanas que tienen sus hijos vivos y saludables.
En algunos casos, los padres también pueden padecer culpa de sobrevivir a su hijo e intentar consciente o inconscientemente volverse contra sí mismo. También es posible que sueñen con el hijo o que la extrema sensibilidad de su estado les haga percibirlo como aparición.
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10 maneras de sobrellevar el duelo de un hijo
Pese a que en un principio el dolor domina la vida de las personas que sufren la pérdida de un hijo, existen acciones clave que pueden ayudar a mejorar la perspectiva sobre el duelo del hijo a largo plazo. A continuación, le compartimos las maneras más efectivas para sobrellevarlo.
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Participar en rituales de reuniones/rituales de despedida.
Participar en velorios, misas, etc. aporta reconocimiento del propio dolor y ayuda a aceptar la realidad de la pérdida.
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Vivir las 5 etapas del duelo.
Probablemente, los dolientes tengan que vivir las 5 etapas del duelo: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. La negación es la no aceptación de la realidad e implica no dar crédito de lo ocurrido aunque se tengan las pruebas suficientes. Es una negación más bien emocional que racional.
La ira es el enojo y manifestación violenta de lo ocurrido. La negociación es una instancia en que se sabe que es necesario soltar y dejar ir al hijo que ha partido. Y finalmente, la aceptación es comprender que la vida sigue incluso después de la ausencia del hijo.
<<Etapas del duelo: para aceptar y entender una pérdida>>
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Reconocer el sufrimiento.
Es muy importante que las personas que transitan el duelo del hijo puedan expresar los sentimientos sin represión. Muchas veces se reprimen las emociones más intensas por vergüenza del qué dirán, puesto que la mayoría piensa que un sentimiento así de lacerante es incomprensible para cualquier persona que no lo haya vivido.
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Adaptarse al nuevo contexto.
Aunque resulte muy difícil, de a poco los padres deberán intentar retomar el estilo de vida que tenían antes de la pérdida. Continuar con las actividades (trabajo, estudios, relaciones) que se realizaban antes del duelo, siempre a sus tiempos y sin presión, puede ayudar a reducir el sentimiento permanente de tristeza.
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Atesorar los buenos recuerdos.
No se debería horadar más la herida de la ausencia con pensamientos dolorosos o malos recuerdos. Es vital seleccionar dentro de la memoria aquellos recuerdos que se puedan atesorar y ayuden a sanar el alma. Escribir sobre los momentos más felices puede contribuir al desapego del dolor más agudo e imposibilitante. Se debe recordar con cariño y gratitud. No es necesario olvidar.
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Alejarse de la culpa.
Culparse por la pérdida no hará que regrese a la vida, por lo que es preciso convencerse de que nadie es culpable de lo sucedido. Tanto las enfermedades como los accidentes son sucesos difícilmente evitables que ocurren para desgarrar la vida de las personas. Escribir sobre los pensamientos más dolorosos puede sumar tristeza así como vivir constantemente en el pasado. Intente ubicarse en el aquí y ahora.
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Mantener la mente ocupada.
Tener distintos tipos de actividades (excursiones, paseos, aprender un nuevo hobbie) puede ayudar a los dolientes a mantener la mente ocupada y no enfocarse en los pensamientos negativos. Aunque cueste al principio, es preferible distraer la mente con actividades que no hacer nada, porque la mente sola entra en estado depresivo con la falta de estímulos y objetivos.
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Paciencia.
La pérdida conlleva muchas emociones. En ocasiones se piensa que ya se ha superado el dolor, pero al siguiente momento el dolor y el llanto regresa. Sucede lo mismo con los pensamientos. La mejor alternativa es ser pacientes, ya que el dolor no desaparece inmediatamente. Es un proceso de acostumbrarse a la nueva realidad sin rencores ni remordimientos.
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Vivir el día a día.
La tristeza por la ausencia puede ser tan intensa que las personas muchas veces no desean regresar a la rutina, pero lamentablemente el mundo sigue girando y no tiene tiempo para esperar a que las heridas cierren. Por eso, es fundamental buscar ayuda, apoyarse en la pareja y familiares más cercanos para reiniciar gradualmente la actividad diaria, ya sea en el trabajo profesional o en la casa con los demás hijos.
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Ayuda profesional.
Es posible que haya momentos en que el dolor y la angustia lo superen y tenga que tomar una decisión para encontrar algo de alivio. Solicitar la ayuda de un terapeuta que le oriente en el proceso por el duelo del hijo, a fin de que sea capaz de identificar herramientas emocionales que le permitan comprender lo sucedido y reducir la pesada carga emocional de melancolía.
<<Terapia de duelo por muerte de un ser querido. ¿Cuándo y por qué?>>
En conclusión, para lograr la aceptación por el duelo de un hijo no hay una fórmula mágica, pero las actividades que acabamos de mencionar pueden ayudar a elaborar mejor el proceso del duelo de un modo que resulte menos doloroso y retome cuanto antes la vida presente. No significa hacer como si nunca hubiera pasado, sino comprender que pasó y aun así decidir continuar adelante con la vida.