¿Qué es legado y cómo podemos definirlo para comprender su importancia? El legado es la huella atemporal de una persona. Puede estar vinculado a un legado artístico, como en el caso de las obras de un pintor, las novelas o antologías de los escritores, las frases o ideas de un político o pensador, y así se podría seguir con ejemplos interminables.
Desde otro punto de vista, el legado hace referencia al testamento de una persona que lega sus posesiones o propiedades a personas concretas, en un acto de última voluntad. Un legado es aquello que permanece después de la muerte de alguien, en cuyo caso, la labor de las personas que han conocido a ese alguien es la de expandir su legado para que siga vivo.
El legado es fundamental para lo que es el ser humano. Las investigaciones muestran que sin la sensación de trabajar para crear un legado, los adultos pierden el significado de su vida. Explorar la idea de legado ofrece una visión no solo de las relaciones humanas y la construcción de comunidades sólidas, sino también del espíritu humano.
Interrogarse sobre qué es legado puede recordarnos la muerte, pero no se trata de la muerte. Recordar la muerte es realmente algo bueno, porque la muerte informa la vida. Le da una perspectiva de lo que es importante. Pero el legado se trata realmente de vivir y vivir. Nos ayuda a decidir el tipo de vida que queremos transitar y el tipo de mundo en el que queremos estar.
El dar y recibir legados puede evocar, de una vez, todo el espectro de emociones humanas básicas: esperanza, anhelo, arrepentimiento, ansiedad, miedo, pavor, celos, amargura, rabia, una sensación de fracaso, una sensación de logro, orgullo, contentamiento, gozo, gratitud, humildad, amor.
Cuando empieza a pensar en los legados, no importa cuál sea su edad o su estado de salud, hace un balance de sus posesiones y también de sus logros y decepciones. Hace un balance de lo que ha aprendido de lo que ha hecho en el pasado, lo que está haciendo ahora y lo que todavía espera hacer.
Con diferentes niveles de conciencia, las personas también inevitablemente reflexionan sobre sí mismas, el trabajo, las ideas, los compromisos y las instituciones sociales que han dado forma y significado a sus vidas.
La mayoría de nosotros no seremos Albert Einstein, con nuestro nombre y logros recordados para siempre en los libros de historia. Pero eso no disminuye nuestra necesidad de crear algún significado en nuestras vidas, de que lo que hemos hecho y pensado siga vivo después de nosotros, para que sea recordado de alguna manera.
Desde un punto de vista puramente práctico, si no transmite su experiencia de vida dejando un legado, la sabiduría que ha adquirido a través de décadas de difícil aprendizaje desaparecerá a medida que su cuerpo físico se vaya desgastando.
Un legado puede tomar muchas formas: hijos, nietos, un negocio, un ideal, un libro, una comunidad, un hogar, una parte de nosotros mismos. Nuestro legado naturalmente nos intriga. Es perfectamente comprensible que queramos saber cómo nos recordará el mundo una vez que nos hayamos ido.
¿A cuántos de nosotros nos sorprenderá? ¿Cuántos de nosotros estamos viviendo nuestras vidas de manera que nuestro legado refleje todo lo que realmente tenemos más cercano y querido? ¿Cuántos de nosotros vivimos con integridad y valentía?
La mayoría de nosotros hacemos lo mejor que podemos. Y eso es todo lo que cualquiera puede pedir.
Un desafío primordial del ser humano es vivir el presente, tomar decisiones sobre el presente, pero con la conciencia de un futuro incierto. El ejemplo más extremo de este dilema es el conocimiento de nuestra propia mortalidad.
Pero la vida está llena de ocasiones en las que tenemos que tomar decisiones importantes con información limitada. La indeterminación fundamental del futuro es una cualidad esencial de la experiencia humana. Nunca podremos saber exactamente lo que nos espera, pero aún tratamos de vivir una vida buena y significativa.
Nadie puede sobrevivir viviendo simplemente de un momento a otro, negando el futuro. Tiene que haber un ritmo semanal y una conexión con algo más grande. Tiene que haber un ritmo estacional y un ritmo generacional.
Parte de esto implica la planificación, pero parte también implica un sentido intuitivo de un ritmo natural. Hay ondas de ritmos dentro de los ritmos, algunas cosas se pueden lograr en un corto período de tiempo, otras quizá tarden años. Se trata de orientarse en la eternidad.
Para los niños, el legado significa aprender del pasado. Separa lo intemporal de lo transitorio. Los niños tienen una sensación de seguridad y continuidad que proviene de saber que hay adultos que se preocupan por ellos.
Se dan cuenta de que todos enfrentamos opciones en nuestras vidas, a menudo difíciles, lo que les ayuda a prepararse para lo que venga. Empiezan a desarrollar un plan de vida a medida que ven su vida como un todo.
Conocer el conjunto de la vida y su fin también les ayuda a establecer sus valores y prioridades. Y en lugar de contarles todo esto directamente a los niños, debemos contarles nuestras historias de vida y nuestras elecciones y cómo tomamos nuestras decisiones. Esa es la forma en que logra que los niños aprendan de usted.
Para los adultos, el legado significa esperar el futuro. Significa desarrollar y transmitir una parte eterna de sí mismo. Nos sentimos valorados y útiles sin importar la edad que tengamos. Recordamos nuestras prioridades y tomamos decisiones de vida basadas en ellas. Aceptamos nuestros logros y nuestras decepciones.
Creamos significado y propósito personal. Nos damos cuenta de que a medida que aportamos nuestro granito de arena en el gran esquema de las cosas, nuestros pequeños gestos se multiplican en importancia.
Para resumir, entendemos que el mundo que dejamos atrás es el mundo que heredan nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos. Sabemos que tenemos la obligación de ayudar a que el futuro sea un poco mejor que el pasado.
Tanto para los jóvenes como para los mayores, poder comprender qué es legado y su importancia nos permite vivir plenamente en el presente. Ha comprendido que es parte de una comunidad más grande, una comunidad que debe recordar su historia para construir su futuro.