Descubra en este artículo qué hacer en velorio, qué no hacer y cuál es la importancia de velar a un ser querido fallecido para los familiares.
Existe la creencia de que los velatorios solo sirven para lamentar la muerte de un familiar querido y que representa un momento luctuoso en la vida de cualquier persona. Si bien es cierto que sufrir una pérdida es una instancia dolorosa y que conlleva un proceso de duelo, hay más alternativas acerca de qué hacer en un velorio que podemos ir descubriendo a medida que conocemos más sobre el tema.
Por este motivo, las personas suelen reservar los velorios para desahogar la tristeza que sienten frente a la partida de su ser querido. Se echa de menos a quien ya no está y se le recuerda con nostalgia destacando sus muchas virtudes mientras vivió. Para evitar que el velorio se convierta solo en un evento angustioso, en este artículo vamos a profundizar en las prácticas que se pueden realizar en un velorio y cómo estas pueden ayudar a acelerar el proceso del duelo.
Un velorio es un tipo de ceremonia o ritual fúnebre que una familia usualmente elige para homenajear a un ser querido tras su fallecimiento. El objetivo principal es reunir a las personas allegadas en torno al difunto para celebrar lo que fuera su paso por este mundo.
Durante un velorio, los familiares del difunto reciben las condolencias y muestras de afecto de allegados y amigos del entorno del fallecido. Puede realizarse tanto en la residencia del fallecido o familiares como en una sala de velación diseñada para cumplir ese fin. Cuando el evento es realizado en una casa, la ceremonia suele tener un carácter más informal y distendido que en una funeraria.
Las personas convocadas al velorio presentan sus condolencias a los familiares del fallecido, y el tono empleado deberá ser acorde al ánimo de los dolientes para no herir susceptibilidades que podrían ahondar más la pena ante la pérdida. A veces es preferible y más respetuoso guardar silencio ante la duda que pecar de transmitir un mensaje exagerado, artificial y poco creíble.
Cabe destacar que los velorios no son iguales, ya que dependiendo de las creencias religiosas de las personas, estos ritos pueden estar basados en la tradición católica y cristiana o en la tradición laica. En el primer caso, la ceremonia pone como idea central la inmortalidad del alma. Por tal motivo, se ora por su descanso eterno y pronto ascenso a los cielos para contemplar la gracia divina del Dios Creador.
En el velatorio católico, en ningún momento el protagonista de la ceremonia velatoria es el difunto ni los recuerdos de él en vida, sino la exaltación en presente de su condición inmortal y libre de las ataduras de la carne. La vida física del fallecido pierde visibilidad frente a la concepción trascendente de vida eterna.
Diferente a la intención religiosa es el velatorio laico que no establece ninguna referencia religiosa predominante, ya que solo exalta la figura del difunto, su recuerdo en vida, valores y anécdotas significativas. Se mantiene a raya la idea de trascendencia más allá de la muerte para priorizar el recuerdo en vida del ser querido. Mientras la tradición religiosa se orienta a la inmortalidad del alma del difunto, la tradición laica se enfoca en la inmortalidad del recuerdo.
Los velorios se efectúan como una forma de homenaje familiar a la persona fallecida que tiene dos funciones principales: en primer lugar, busca otorgar una despedida emotiva al difunto destacando su paso por la vida; en segundo lugar, intenta promover conciencia acerca de la unión y amor familiar, como único valor trascendente, a menos que se considere también la visión religiosa de inmortalidad del alma.
Asimismo, los velorios ayudan a hacer más llevadero el proceso de duelo canalizando la pena de los dolientes a través de la unión común en el dolor. De esta manera, el sufrimiento compartido es más fácil de superar que cuando se intenta sobrellevarlo individualmente.
Generalmente, en los velorios los invitados deben llevar algún presente floral en memoria del fallecido y las muestras de condolencias correspondientes. Por otro lado, los asistentes deben vestir apropiadamente de luto o al menos de ropa sobria como una señal de respeto hacia la familia del fallecido. Una tarjeta con palabras de afecto, que exprese el pésame por la pérdida es también un detalle significativo que hará que los familiares valoren más la empatía de esa actitud.
Así como hay comportamientos clave que son inherentes a la asistencia a velorios, existen acciones específicas que mejor conviene evitarlas porque podrían no agradar a los familiares del difunto. A continuación, compartimos qué no hacer en un velorio.
En una ceremonia fúnebre como un velatorio resulta violento presentarse con un atuendo colorido que no guarde mínimamente las formas tradicionales del duelo. Para evitar causar un impacto no deseado en los familiares, lo más conveniente es vestir ropa sobria oscura y lisa, evitando las tramas y estampados grandes, a menos que estén dentro de la gama de tonalidades oscuras como negro y grises o marrones. Tampoco conviene usar escotes, minifaldas y joyas muy grandes.
Hoy en día sacarse fotos para las redes sobrepasa el decoro de un momento de luto, por lo que no es de extrañar que algunos pretendan que es normal sacarse selfies junto al ataúd del fallecido. Además de morboso, es de una falta de respeto y empatía por el dolor ajeno que acusa al que lo hace de una total ausencia de sensibilidad.
De hecho, es recomendable apagar el celular durante el velatorio para evitar distracciones y la tentación de sacar fotos. Contenerse de mirar el celular, en estos tiempos, es la mejor señal de respeto hacia la familia del fallecido.
En ocasiones, la reunión en un velatorio puede incluir anécdotas del fallecido que sean especialmente graciosas. Sin embargo, aunque las narraciones lo ameriten, cabe recordar que no es ni el momento ni el lugar para hacer chistes en presencia de los familiares del difunto, que probablemente no tienen intenciones de reír.
Otro error común que no conviene hacer en un velorio es preguntar a los familiares sobre la enfermedad o muerte del ser querido. No solo porque es una demostración auténtica de falta de tacto con los dolientes, sino porque la insistencia en las causas de la muerte no hacen otra cosa que remover y ahondar más el sufrimiento que se intenta mitigar con el apoyo de otras personas.
Si no se está preguntando sobre las razones de la muerte del ser querido, puede ser igualmente incómodo comentar sobre el estado de salud de otra persona, esté o no presente en el recinto. En este sentido, un velorio es el lugar menos indicado para hablar sobre la muerte, aunque las personas reunidas estén en presencia de un muerto. Esto responde a una cuestión de respeto por la familia del fallecido que se encontrará más sensible frente a ese tipo de información escatológica.
En conclusión, hemos desarrollado las principales prácticas sobre qué hacer en un velorio, a fin de brindar las respuestas adecuadas a los familiares del fallecido en un contexto luctuoso que exige respeto, comprensión, afecto y solemnidad. Tenga en cuenta que un velorio no es solo un rito para lamentar la muerte de un ser querido, es también una ceremonia para recordarlo y prolongar su legado.