Conozca en este artículo cómo se genera el duelo en el niño y 3 cuentos infantiles que explican el proceso de duelo de una manera amigable y pedagógica.
Hablar sobre la muerte a los niños no es asunto fácil. ya que su grado de madurez mental no está desarrollada lo suficiente como para asumir objetivamente el por qué de las circunstancias del fallecimiento de un ser querido. Por eso, quizá sea de gran ayuda durante el proceso de duelo infantil encarar la perspectiva de la pérdida desde una mirada literaria y didáctica.
Los psicopedagogos a menudo hablan de la importancia de fomentar la lectura desde los primeros años, no solo para estimular el aprendizaje natural sino como una práctica que genere un hábito de vida en los niños que realmente disfruten. Si se comienza la estimulación desde antes de la escolarización, es más probable que los niños no sientan la lectura como una imposición, que es lo que debería promover el verdadero aprendizaje en las mentes jóvenes.
El duelo es un proceso inevitable de aceptación de la muerte tras la pérdida y tiene diferente duración para cada persona, según la personalidad y temperamento. En el caso del proceso de duelo en los niños, suele tener implicancias diferentes debido a la falta de conocimiento sobre la muerte por tratarse de un concepto demasiado abstracto y delicado para una rápida comprensión, incluso para los adultos.
En este artículo abordaremos el proceso de duelo infantil y cómo los cuentos infantiles podrían ayudar a la comprensión de la muerte y aceptación de la pérdida en el niño que la sufre.
La muerte es complicada de explicar para un niño, como lo es entenderla para los adultos por su carácter de irreversibilidad. Si es complejo para nosotros, imagínese para un niño que acaba de perder a un ser querido con el que había generado un vínculo afectivo muy estrecho.
Los niños suelen experimentar el dolor por la muerte de un ser querido con síntomas físicos, como dolor de estómago, dolor de cabeza o distintas formas de decaimiento general. Esto suele deberse a que los niños con frecuencia tienen dificultades para expresar la angustia y tristeza por la muerte, por lo que no encuentran otra forma de manifestar lo que sienten que a través de síntomas físicos.
Las quejas físicas del niño están alertando de que no se siente bien y que necesita cuidados. Pero el malestar físico se relaciona en realidad con el sentimiento de dolor que no se puede materializar a través de las emociones. En estos casos, es recomendable que los padres o tutores se acerquen al niño con una actitud contenedora que le brinde apoyo emocional, a fin de que perciba que se encuentra protegido.
El sentimiento de protección ayudará a mitigar los efectos adversos del proceso del duelo del niño y es posible que le resulte más fácil exteriorizar sus emociones. En ese momento, puede que sea conveniente monitorear la salud del niño a medida que se desarrolla el proceso de duelo.
Si los síntomas físicos persisten en el tiempo, es recomendable consultar al médico, porque el sistema inmunológico suele debilitarse frente a un trauma tan grande como una pérdida, por lo que no hay que escatimar la posibilidad de que el niño contraiga alguna enfermedad producto de una inadecuada gestión de la angustia.
Aunque los sentimientos de tristeza, angustia y soledad por la persona fallecida son normales en los adultos, es posible que en los niños estos sentimientos sean diferentes o se manifiesten de otra manera. Es muy común que ante la circunstancia inexplicable e irreversible de la pérdida los niños experimenten rabia y terminen desquitándose con las personas de su entorno.
Asimismo, pueden asumir un sentimiento de culpa por creer que podían evitar esa muerte de alguna forma, o bien sentir envidia de otros niños que no han sufrido una pérdida como la suya. No obstante, la muerte del ser querido puede significar una suerte de alivio para el niño, porque tal vez el proceso de enfermedad le resultaba más angustiante y penoso que la idea de la muerte misma.
Los niños también pueden verse afectados cognitivamente por el proceso de duelo, a través de síntomas como la falta de concentración para realizar diversos procesos mentales que podría afectar su rendimiento académico en la escuela. Hay que prestar atención a estos síntomas cognitivos en los niños porque muchas veces se pueden confundir con discapacidades de aprendizaje cuando simplemente están atravesando el duelo por muerte.
Es muy común que los niños, ante la pérdida de un ser querido, pregunten a sus mayores acerca de la naturaleza de la muerte y por qué arrebata la vida de las personas para siempre. También pueden tener problemas para comprender las creencias espirituales como el concepto de Dios que les hayan inculcado. Si la fe religiosa fue transmitida desde temprana edad, la pérdida podría significar para ellos una suerte de castigo divino y rechazar la espiritualidad por este motivo.
En ocasiones, los niños que enfrentan el proceso de duelo experimentan conductas fuera de lo normal con el entorno. Desde comportamientos agresivos para manifestar su frustración e impotencia por la pérdida hasta pesadillas con el fallecido. El niño afectado por el duelo podría soñar con que el difunto está vivo y quiere comunicarse con él. O bien, podría revivir el momento de la muerte. O el sueño más común de todo: soñar que la persona fallecida vuelve a la vida como si nada.
Algunos cuentos infantiles podrían ser una alternativa eficaz para acompañar a los niños que sufren el proceso de duelo. La mayoría se orientan a presentar una moraleja para quienes los lean encuentren una idea consoladora en la pérdida al final del relato, por lo que se termina naturalizando la muerte de una forma poética. A continuación, recomendamos 3 lecturas sobre cuentos infantiles para explicar el proceso de duelo.
Es la historia de cómo la mariposa tenía en el jilguero a un gran amigo con el que compartía muchas cosas, hasta que un día desaparece y, aunque todo el bosque sabe que el jilguero ha muerto, ningún animal se atreve a decirle la verdad para no causarle un dolor inmenso. Sin embargo, la mariposa se entera igual cuando escucha a otro animal contándole a otro. Al final del día, su pena es aún mayor porque nadie tuvo el coraje de decírselo. [Leer cuento]
Las 3 historias pueden funcionar como una terapia de duelo para los niños que lo enfrentan. Además de fomentar la lectura, ayuda a reflexionar sobre el significado de la muerte desde una mirada pedagógica que intenta, al final de cada relato, dejar una moraleja o enseñanza acerca de la importancia de los afectos y a valorarlos en vida.
En el cuento de La mariposa y la muerte del jilguero, se problematizan los límites de la verdad cuando esta es dolorosa. El cuento de Navidad representa la posibilidad de la muerte como una oportunidad de cambio, al igual que la Fábula del viejo y la muerte, en donde el viejo justo cuando pensaba rendirse al destino fatal, clama por seguir viviendo.
En resumen, el proceso del duelo en el niño puede estar lleno de matices, ya que podría reaccionar ante la pérdida de diferentes maneras: con retraimiento, angustia, indiferencia, pero también con irritabilidad por la condición irreversible de la muerte. Para que supere el duelo, debe recibir suficiente apoyo y contención afectiva de sus padres o tutores.
Dentro de las prácticas más efectivas para ayudar al niño, los cuentos infantiles para explicar el proceso de duelo pueden ofrecer una mirada más amigable sobre la realidad de la muerte, que les ayudará a aceptarla como natural en el futuro.