Descubra en este artículo de Parque de la Paz sobre etiqueta funeraria todo lo referente a los distintos usos de la comida para velorio y por qué es importante para los dolientes.
Es socialmente aceptado que los velorios, cementerios y hospitales son los peores escenarios posibles para un ser humano por los sentimientos desoladores que inspira. Y si bien de una enfermedad se puede salir, de una muerte no, y tanto los velorios como los cementerios son lugares con una gran carga simbólica que nos recuerdan permanentemente que un ser querido ya no se encuentra entre nosotros.
Sin embargo, las empresas de servicios funerarios o servicios de previsión funeraria, se preocupan de que las personas transiten ese duro momento lo mejor posible, entendiendo que, aunque la muerte sea una instancia irremediable, aún podemos honrar la memoria de los difuntos expresando el discurso para un funeral, como una forma de homenajear su paso por este mundo. Una de las formas en que las funerarias ayudan a los familiares a sobrellevar el dolor es brindando un servicio de comida para velorio.
La propuesta para este artículo consiste en conocer qué tipo de comida para velorio es recomendable ofrecer a los asistentes y por qué es importante este servicio durante la ceremonia de velación.
La comida de velorio es un servicio culinario que se ofrece a los invitados que asisten a la sala de velación Generalmente, está conformado por café negro y pan dulce, tal como se suele hacer en México. En algunas ocasiones, al café se le agrega una bebida alcohólica, costumbre muy arraigada entre las comunidades rurales más humildes.
Otras veces, son los allegados a los familiares de la persona fallecida quienes se encargan de llevar, más allá del servicio funerario, comida al recinto para pasar las horas previas a la inhumación. Este gesto solidario representa una señal afectiva de pésame, que busca con la acción mitigar la pena. En momentos de dolor, el alimento genera saciedad y libera dopamina, la recompensa hormonal de placer ante la comida ingerida.
Está comprobado científicamente que el alimento produce en nuestro organismo liberación de dopamina dos veces. Una primera vez lo hace cuando nos ponemos el bocado a la boca y una segunda vez cuando el alimento llega al estómago. Teniendo esto en cuenta, es más fácil lograr mejorar el ánimo de las personas presentes en el velorio compartiendo comida.
Usualmente, en los velorios se da de comer para atenuar la tristeza. Como apuntamos anteriormente, la dopamina que se libera al ingerir alimento produce placer a nivel sensorial que regula los niveles de estrés y estados depresivos. Esto no implica que comer hará que el doliente supere rápido la muerte del ser querido, pero sin duda es una alternativa acertada para desviar la atención de la tristeza.
Históricamente, la comida para el difunto era una antigua ceremonia fúnebre que utilizaban los hebreos y otros pueblos. Se acostumbraba a depositar una comida sobre la tumba del fallecido o posteriormente en la casa de los familiares después de conmemorar el funeral.
El uso de poner comida sobre la tumba de los difuntos era una práctica habitual de los hebreos. Se hacían dos tipos de comidas: la primera, inmediatamente después de los funerales, en donde los asistentes debían purificarse tras el contacto con la muerte; y la segunda, se entregaba al final del duelo. Esta costumbre se conservó durante siglos entre las personas de muchos pueblos.
En ella, todos los familiares del fallecido que habían asistido a su velatorio y entierro comían juntos una comida ligera en la casa del difunto, rito que se renovaba cada año luego de cumplir un nuevo aniversario. De esta manera, la comida para velorio no es una práctica reciente, sino que data de siglos anteriores, como una forma de compartir el alimento de la naturaleza en honor de la persona que vuelve a ella.
De cualquier manera, tanto si se sigue una tradición milenaria como si la finalidad es reducir los niveles de ansiedad y tristeza a través de la comida, esta práctica es positiva y sigue ocurriendo en la actualidad, ya sea que los familiares decidan llevar a cabo la sepultura en bóvedas, mausoleos o mediante la cremación, permitiendo que los familiares de un ser querido fallecido puedan compartir una comida con otros y mitigar así los sentimientos de pérdida y angustia. Si la comida reúne a las personas en torno a una mesa en la alegría, del mismo modo las puede reunir en la tristeza, solo que esta será compartida y contenida a través del sentimiento del afecto colectivo por el fallecido.
En conclusión, la comida para velorio es una de las tantas costumbres que tuvieron origen en la antigüedad y se convirtieron en tradición que se repite de generación en generación. Es importante porque ayuda a conciliar un momento de hondo pesar con el consuelo del placer generado por consumir un alimento junto a otras personas que comparten el mismo proceso de duelo por el difunto, hoy en día existen empresas de previsión funerarias con el interés a estas costumbres.
Si bien nada ni nadie le devolverá la vida a la persona fallecida, la presencia de comida, al menos, devolverá un poco de alivio para transitar mejor el duro momento de la pérdida.