Perder a un ser querido no solo perturba la vida de una persona, sino que la cambia para siempre. Cuando un ser querido experimenta la muerte de un familiar, puede ser difícil saber qué decir o cómo ofrecer consuelo y apoyo. Esto es especialmente cierto si aún no ha pasado por la pérdida de un ser querido. Hay varias formas de apoyar a alguien que está pasando por esta difícil experiencia.
La primera medida orientada a cómo ayudar en el duelo de las personas se trata de poder acompañarlas y contenerlas afectivamente tras la pérdida de un ser querido. En este sentido, es importante que la otra persona no se sienta sola en ningún momento por más que haya ocasiones en que necesite o desee la soledad.
Hay que comprender que el proceso del duelo es complejo y cada persona lo asimila del modo que puede y le permiten sus emociones. Es por eso que durante todo ese proceso la persona atravesará las distintas etapas del duelo que ya mencionamos en otro artículo: negación, ira, negociación, depresión y aceptación, y que usted deberá sostenerla emocionalmente mientras transita por cada una de estas etapas.
Cuando una persona atraviesa el dolor por el fallecimiento de un ser querido, de repente el mundo a su alrededor deja de importar. Por este motivo, es muy frecuente que, pese a sus esfuerzos por animarla, se mantenga en una suerte de burbuja de sufrimiento, alejada del vínculo con las demás personas de su entorno. En otras palabras, el doliente se convertirá en una isla que resiste el embate de las olas antes de quedar sumergida por completo.
En esos momentos en que parece que su obra se desmorona y se siente completamente inútil para generar una reacción positiva en el doliente, es cuando más debe hacer sentir el apoyo emocional que le está brindando. Demuestre que le importa su dolor y desarrolle la empatía para ponerse en el lugar del otro, a fin de obtener una parcela de su experiencia.
Ahora que pudo al menos hacer que la persona doliente se haya percatado de su presencia y note su preocupación por la misma, busque ganar su confianza hablándole de lo que le interesa, es decir, la persona fallecida. Puede relatarle historias amenas que justo usted conocía y luego darle la posibilidad de que se exprese libremente, tanto si es para calificar el recuerdo como para narrar su propia experiencia con el fallecido.
De cualquier manera, sea como sea que manifieste su dolor la víctima del duelo, no lo censure imponiéndole límites a su melancolía. Recuerde que nada lo hará cambiar en ese estado de crisis, pero en cambio, puede empeorar su vínculo con la realidad y cerrarse sobre sí mismo aún más buscando desesperadamente consuelo en su mundo interior, lejos de los demás.
Por eso, sería recomendable darle espacio y libertad al doliente para que se exprese ante usted, ante el mundo, en lugar de dejar que se guarde las emociones, como si estas no fueran a desgarrar por dentro la salud mental y física de la persona involucrada.
Si bien puede ser contraproducente para la confianza de su interlocutor intentar sonsacarle las emociones más íntimas, no le hará daño, en cambio, preguntarle cómo se siente y que necesita. Son preguntas específicas que demuestran el grado de importancia que tiene para usted ayudar a las personas a afrontar el duelo lo mejor posible.
Cuando se encuentre en compañía de una persona que perdió a un ser querido y ya no sepa cómo ayudar en el duelo, pruebe ofreciendo su ayuda en las tareas cotidianas, ya sea la higiene del hogar, el trabajo o simplemente distraerlo con su compañía de su dolor y soledad.
Es importante que lo haga porque le demostrará su afecto verdadero al doliente, ya que el sufrimiento excesivo quita la energía y voluntad para realizar muchas actividades, incluso las que incluye satisfacer sus necesidades básicas. De esta forma, también fortalecerá el vínculo personal entre los dos promoviendo una cercanía más estrecha, ya que usted podría significar su única conexión con el mundo real.
Por último, puede ser de gran ayuda para superar el duelo de las personas que le importan compartir sus propias experiencias de pérdida de un ser querido y revelar los detalles más importantes que lo llevaron a sobrellevar el duelo y retornar a su vida diaria. No olvide que las buenas decisiones son fuente de inspiración de las demás personas que buscan alcanzar el bienestar personal.
A medida que el doliente conozca las pesadas cargas de sus semejantes y compruebe que ya no las llevan, sentirá que no es tan pesada su mochila como pensaba y una luz de esperanza y voluntad lo guiarán hacia la superación definitiva del duelo.
Hasta aquí fueron estos consejos sencillos que intentan responder a la pregunta inicial de cómo ayudar en el duelo a las personas que le importan. El objetivo de todo esto es que, ante la inevitable adversidad de la muerte de un ser querido para alguien cercano a su entorno, usted sea capaz de brindarle el cariño y contención que necesitan para superar el duelo exitosamente.