La salud mental es el estado de equilibrio entre una persona y su entorno cultural que garantiza su participación laboral, intelectual y de relaciones para alcanzar un bienestar y calidad de vida. Asimismo, es común que se vincule el término a la salud o estado físico.
La salud mental ha sido definida de múltiples formas por autores de diversas culturas. Los conceptos de salud mental incluyen el bienestar subjetivo, la autonomía y potencial emocional, etc. Para la OMS, no existe una definición oficial de salud mental que englobe a todas las culturas y subjetividades. Sin embargo, en lo que la mayoría de los autores coinciden es en que salud mental y enfermedad mental no son dos conceptos opuestos.
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Esto significa que el hecho de que se padezca de una enfermedad mental no implica que no se goce de salud mental, así como no padecerla no garantiza tener necesariamente buena salud mental. Ciertamente, el término ha sido definido por la psicología, la psiquiatría, la neurociencia, la sociología, incluso por la religión.
Desde las teorías psicodinámicas, se plantea que la salud mental, al igual que los estados patológicos, es parte constitutiva de todo individuo. La constitución personal de cada sujeto implica capacidades o aspectos sanos, y otros patológicos, siendo el balance entre ambos variable entre las personas.
Ahora bien, hemos definido, o intentado definir, la salud mental como estado de bienestar holístico, que integra la óptima salud del cuerpo y la mente, en integración con el medio y las personas que habitan en él. Sin embargo, un aspecto más que destacado y que nos interesa desarrollar en este artículo es determinar cuál es la importancia de la salud mental para el ser humano.
La salud mental se vincula con el raciocinio, las emociones y el comportamiento frente a diferentes situaciones de la vida cotidiana. También ayuda a determinar cómo manejar el estrés, convivir con otras personas y tomar decisiones importantes. Al igual que otras formas de salud, la salud mental es importante en todas las etapas de la vida, desde la niñez y la adolescencia hasta la edad adulta.
De acuerdo con estadísticas de la OMS los problemas de salud mental constituyen alrededor del 15% de la carga mundial de la enfermedad. El déficit en la salud mental contribuiría a muchas enfermedades somáticas y afectivas como la depresión o la ansiedad.
Una de las razones por las cuales se estudia la importancia de la salud mental en las personas es con la finalidad de construir individuos mentalmente saludables desde la niñez, a fin de que estos lleguen a la vejez en óptimas condiciones psicoemocionales, que les permitan sobrellevar mejor las adversidades de la vida, incluido el deterioro progresivo de su salud física, propio del proceso de envejecimiento.
Tener buena salud mental puede contribuir a mejorar la calidad de vida en general de las personas. Aquí le contamos siete razones sobre la importancia de la salud mental.
Contar con una salud mental armónica desde la niñez promueve una mayor resistencia a las enfermedades y desórdenes mentales, en especial, aquellas que suelen o pueden surgir en respuesta a una situación traumática que genere un desequilibrio a nivel holístico.
Muchas veces la irrupción de alguna patología mental o la tendencia a padecerla es el resultado de malos hábitos emocionales no resueltos durante la infancia, como por ejemplo, tener comportamientos autodestructivos, baja autoestima, tendencia a la depresión, miedo al fracaso, exceso de orgullo y escasa tolerancia a las críticas, etc.
La falta de un seguimiento profesional durante la etapa de la niñez (asistencia de un psicopedagogo) impide detectar estos problemas y que puedan ser corregidos cuando el individuo todavía está en proceso de formación. A medida que pasa el tiempo, los malos hábitos emocionales se comienzan a cristalizar hasta formar parte del sujeto.
Entonces se manifiestan en la juventud y adultez, impidiendo las relaciones sanas con las demás personas. Es lo que conocemos como actitudes tóxicas que llegamos a asumir como normales cuando en realidad no lo son. Y si no son tratadas a tiempo cuando recién se evidencian, con el paso de los años se agravan llegando a dominar la vida de la persona; por lo cual indefectiblemente se le declara insana.
Aquí la importancia de la salud mental reside en la búsqueda de fomentar una salud mental permanente desde temprana edad y mantenerla en el tiempo, a fin de evitar que las personas tengan que hacer terapia cuando ya desarrollaron una enfermedad mental.
Porque siempre es preferible prevenir en lugar de lamentar, se debe promover y promocionar una cultura de la salud mental que resalte los beneficios de sentirse bien consigo mismo y con los demás, tratando de canalizar las frustraciones (que todos tenemos en algún momento) hablando con gente de confianza o realizando actividades que resalten o potencien las propias habilidades.
Como venimos anticipando líneas más arriba, la importancia de la salud mental para el ser humano se basa, principalmente, en brindar una óptima formación en salud mental desde la niñez. Por consiguiente, niños más saludables y felices hará adultos más estables emocionalmente.
De esta formación deberían encargarse principalmente los padres, los cuales pueden ser asesorados por un profesional a fin de recibir las herramientas necesarias que les permitan preservar la salud mental del niño, incentivándole a aprender cosas nuevas en lugar de reprocharle lo que no puede o le cuesta hacer.
Absolutamente todos los humanos nos enfrentamos a situaciones estresantes; eso es inevitable. En el trabajo, en la escuela o universidad, en las relaciones amorosas, en las amistades. Son incontables las formas en que se puede generar estrés, y si no se tiene una óptima salud mental, el estrés llega a dominar el carácter de la persona, haciendo que se comporte de manera inestable y problemática.
Muchas personas se alejan, viajan, viven en el más absoluto ostracismo cuando se sienten angustiadas o débiles emocionalmente. Pero, lejos de convertirse en la respuesta, aislarse solo genera más alienación mental y puede propiciar la aparición de otros problemas, como la apatía, la misantropía, o alguna clase de sociopatía o psicopatía, que implica conflictos con la realidad. A donde escape, sus problemas lo seguirán. Mejor busque ayuda.
Tener una mejor salud mental le garantizará disfrutar de relaciones más estables, duraderas y saludables porque no presentará actitudes tóxicas que dañen a sus semejantes y atraerá, a la vez, a personas también saludables que le ofrezca seguridad, comprensión y confianza.
Si la mente genera buenos pensamientos, es más factible que genere buenas acciones. Por tal motivo, una mente optimista, motivada, con ideas, centrada en alcanzar objetivos en lugar de angustiarse por los problemas, será más productiva en su trabajo logrando mejores resultados, pero además también lo será en su vida diaria en general.
Y también relacionado con el punto anterior, tener salud mental le permitirá alcanzar con mayor facilidad todo su potencial para conseguir todas las metas que se proponga, y además estando en armonía consigo mismo, podrá ser capaz de brindar herramientas a otras personas para salir adelante y alcanzar sus objetivos en la vida también.
En conclusión, la importancia de la salud mental para el ser humano radica en brindar una mayor resistencia frente a las patologías mentales, mayor control de las emociones, capacidad para enfrentar el estrés y los problemas diarios, las adversidades, como por ejemplo, la muerte de alguien cercano, y también obtener mejores logros personales, entre otros beneficios orientados al bienestar físico, mental y social.