El duelo infantil. ¿Cómo ayudar a los niños a superar la pérdida?
Cuando muere un ser querido, los niños sienten y muestran su dolor de diferentes maneras. La forma en que los niños enfrentan la pérdida depende de factores como su edad, qué tan estrecho fue el vínculo afectivo con la persona que murió y el apoyo que reciben.
Los niños experimentan el dolor de manera diferente a los adultos. Es posible que los más pequeños ni siquiera entiendan lo que significa la muerte, o que las personas que han muerto no regresarán. Incluso podrían pensar que son responsables de algo para causar la muerte.
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Por otro lado, podría parecer que no les preocupara el difunto y que del llanto pasaran al juego sin problemas. También es normal que se sientan enojados con la persona que falleció (o con alguien más). A medida que los niños crecen, pueden comenzar a entender más, pero aun así necesitarán ayuda de sus padres y de otros cuidadores para aprender a procesar y enfrentar la pérdida.
Con el objetivo de ayudar a los niños a superar la pérdida de un ser querido, a continuación, le compartimos algunas medidas que los padres pueden intentar para que sus hijos puedan elaborar mejor su duelo infantil:
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Hable de la muerte con su hijo de forma sincera.
Cuando hable de la muerte, use palabras sencillas y claras. Para darle la noticia de que alguien ha muerto, acérquese a su hijo de manera cariñosa. Utilice palabras sencillas y directas. Por ejemplo, "Tengo una noticia triste que contarte. La abuela murió hoy". Haga una pausa para darle a su hijo un momento para que asimile sus palabras.
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Escuche y consuele.
Cada niño reacciona de manera diferente cuando se entera de que ha muerto un ser querido. Algunos niños lloran. Algunos hacen preguntas. Otros parecen no reaccionar en absoluto. Son reacciones normales y comprensibles. Quédese con su hijo para ofrecerle abrazos o tranquilidad. Responda las preguntas de su hijo o simplemente estén juntos unos minutos.
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Expresa las emociones con palabras.
Anime a los niños a decir lo que piensan y sienten en los días, semanas y meses posteriores a la pérdida. Hable sobre sus propios sentimientos: ayuda a los niños a ser conscientes de los suyos y sentirse cómodos con ellos. Exprese cosas como: "Sé que te sientes muy triste. Yo también estoy triste. Ambos queríamos tanto a la abuela, y ella también nos amaba".
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Dígale a su hijo qué esperar.
Si la muerte de un ser querido significa cambios en la vida de su hijo, elimine cualquier preocupación o temor explicando lo que sucederá. Por ejemplo, si el familiar fallecido es la abuela del niño, explíquele que en su lugar la tía lo irá a retirar de la escuela. Del mismo modo, comunique todos los cambios que tendrán lugar en la rutina de la familia a partir de esa muerte.
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Hable sobre funerales y rituales.
Permita que los niños se unan a rituales como visitas, funerales o servicios conmemorativos. Dígale a su hijo con anticipación lo que sucederá. Por ejemplo, háblele de todas las personas que conocían a su abuela y la querían, y que posiblemente estarán en el funeral para despedirla.
Explíquele al niño que es común ver llorar gente en los funerales y que él puede hacerlo libremente, si así lo sintiese, y que no sienta vergüenza de expresar las emociones. Asimismo, prepare a su hijo para responder los mensajes de condolencias de la gente que se acerque.
Es posible que deba explicar el entierro o la cremación. Puede comenzar diciendo, "Después del funeral, hay un entierro en un cementerio. El cuerpo de la persona está en un ataúd que se entierra en el suelo con una ceremonia especial. Esto puede sentirse como una triste despedida y la gente puede llorar . " Comparta las creencias de su familia sobre lo que le sucede al alma o al espíritu de una persona después de la muerte.
Explique lo que sucede después del servicio como una forma de mostrar que las personas se sentirán mejor. Por ejemplo, recree un panorama agradable de la ceremonia de velación y entierro o cremación para que el niño conozca de qué se trata y pueda superar más rápido el duelo infantil. Centrarse en los recuerdos felices de la familia y en el sentimiento de estar juntos ayuda a las personas a empezar a sentirse mejor.
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Dele un papel a su hijo.
Tener un papel pequeño y activo puede ayudar a los niños a dominar una situación emocional y desconocida, como un funeral o un servicio conmemorativo. Por ejemplo, puede invitar a su hijo a leer un poema, elegir una canción para tocar, reunir algunas fotos para exhibir o hacer algo. Deje que los niños decidan si quieren participar y cómo.
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Ayude a su hijo a recordar a la persona.
En los días y semanas venideros, anime a su hijo a hacer dibujos o escribir historias favoritas de su ser querido. No evite mencionar a la persona que murió. Recordar y compartir recuerdos felices ayuda a sanar el dolor y a activar sentimientos positivos.
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Responda a las emociones con comodidad y tranquilidad.
Observe si su hijo parece triste, preocupado o molesto de alguna otra manera. Pregunte sobre los sentimientos que le van surgiendo y escuche su respuesta. Hágale saber a su hijo que necesita tiempo para sentirse mejor después de la muerte de un ser querido.
Algunos niños pueden tener temporalmente problemas para concentrarse o dormir, o tener miedos o preocupaciones. Los grupos de apoyo y la consejería pueden ayudar a los niños que necesitan más apoyo para superar el duelo infantil.
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Ayude a su hijo a sentirse mejor.
Brinde el consuelo que su hijo necesita para atravesar de la mejor forma el duelo infantil, pero no se preocupe por los sentimientos tristes. Después de unos minutos de hablar y escuchar, cambie a una actividad o tema que ayude a su hijo a sentirse un poco mejor. Jugar, hacer arte, practicar algún deporte, cocinar o ir a algún lugar juntos.
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Dele tiempo a su hijo para que se recupere de la pérdida.
El duelo infantil es un proceso que ocurre con el tiempo. Asegúrese de tener conversaciones continuas para ver cómo se siente y cómo le va a su hijo.
Sanar no significa olvidarse del ser querido. Significa recordar a la persona con amor y dejar que los recuerdos amorosos despierten buenos sentimientos que nos apoyen a medida que disfrutamos de la vida.
En definitiva, si superar el duelo por la muerte de un ser querido es difícil para un adulto, imagine cómo será el duelo infantil para un niño. Por este motivo, debe acompañarlo en el proceso brindando amor y contención familiar, sin ocultarle los detalles importantes que debe saber sobre las instancias después de la muerte, como son el funeral y despedida.
Verá que hablándole con franqueza entenderá la situación y hasta quizá la asimile mejor que muchos adultos, porque jamás debe subestimar la capacidad para comprender la realidad que tienen los niños.