El duelo es una de las experiencias más duras que puede atravesar un ser humano a lo largo de su vida. Aunque muchas personas lo asocian con la muerte, este fenómeno también puede ocurrir cuando se nos rompe el corazón o cuando perdemos un trabajo después de muchos años en el mismo cargo. Se desencadena, en general, en situaciones en las que ocurre algo que interpretamos como una pérdida.
Sin duda, superar el duelo es complicado, por lo que la persona debe pasar por una serie de etapas para volver a sentirse bien y conectarse con el mundo. Es una experiencia muy dolorosa y cada individuo tiene una forma personal de vivirla.
Asimismo, existen varios tipos de duelo por lo que es difícil hablar de una secuencia de acciones a realizar para asimilar esta experiencia de la mejor manera posible. En este artículo profundizamos en los diferentes tipos de duelo y sus características.
¿Cuáles son los tipos de duelo que e|xisten? Para poder diferenciarlos, a continuación, enumeramos los diferentes tipos de duelo y sus características principales.
El duelo anticipado es aquel que ocurre antes de que acontezca la muerte. Es común cuando se diagnostica una enfermedad que no tiene cura. El proceso de duelo es el habitual, donde la persona experimenta diversos sentimientos y emociones de anticipación que lo prepararán emocional e intelectualmente para la inevitable pérdida.
El duelo anticipado es un proceso de duelo prolongado, no tan agudo como el resto, ya que cuando llega la muerte a menudo se experimenta, en parte, como un alivio.
El duelo sin resolver, como su nombre lo indica, significa que la fase de duelo aún está presente. Sin embargo, el tipo de duelo que ocurre cuando ha pasado cierto tiempo (entre 18 y 24 meses) y aún no se ha superado se suele denominar así.
El duelo crónico es también una especie de duelo no resuelto, que no remite con el tiempo y dura años. También se le llama duelo patológico o duelo complicado.
El duelo patológico puede ocurrir cuando la persona es incapaz de dejar de revivir los hechos relacionados con la muerte de manera detallada y vívida, y todo lo que sucede le recuerda esa experiencia.
Este tipo de duelo se refiere a cuando la persona niega que ocurrieron los hechos. Por lo tanto, se corresponde a la etapa de negación de la que hemos hablado en un artículo anterior, en la que el individuo sigue evitando la realidad a pesar de haber pasado mucho tiempo, es decir, la persona se ha quedado estancada en esta fase porque no quiere afrontar la realidad o situación.
Es similar al duelo normal, con la diferencia de que comienza después de un tiempo. Suele ser parte del duelo ausente y también se le llama duelo congelado. Suele aparecer en personas que controlan excesivamente sus emociones y son aparentemente fuertes. Por ejemplo, una persona que tiene hijos y debe mostrarse entera en su totalidad.
El duelo retardado suele ocurrir cuando la persona que lo sufre, en un principio, tiene que encargarse de muchas cosas que requieren su atención inmediata, como por ejemplo, el cuidado de una familia.
El duelo inhibido ocurre cuando existe una dificultad para expresar los sentimientos, por lo que la persona evita el dolor de la pérdida. Suele asociarse con molestias somáticas. Las limitaciones de la personalidad del individuo le impiden llorar o expresar dolor. A diferencia del duelo ausente, no es un mecanismo de defensa.
Este tipo de duelo ocurre cuando el entorno que rodea a la persona no acepta su dolor . Por ejemplo, cuando ha pasado mucho tiempo, la familia le reprocha a la persona que continúe sufriendo. Reprime los sentimientos hacia la familia, pero internamente no los ha superado.
Muchas veces, este tipo de duelo ocurre cuando la persona que murió, o se fue para siempre, se asoció con un estigma y fue excluida, al menos del entorno cercano de la persona que lo sufre (por ejemplo, su familia).
Expresar dolor puede convertirse en un acto simbólico que subvierte ciertas ideas políticas y sociales. Por ejemplo, si la persona ausente era la pareja homosexual de alguien y la familia no aprueba este tipo de relación.
El duelo distorsionado se manifiesta como una fuerte reacción desproporcionada a la situación. Suele ocurrir cuando la persona ya ha experimentado un duelo previo y se enfrenta a una nueva situación de duelo.
Por ejemplo, puede haber experimentado la muerte de un padre, y cuando muere un tío, también revive la muerte de su padre, lo que lo lleva a una situación mucho más intensa, dolorosa e incapacitante.
En resumidas cuentas, estos 8 tipos de duelo son categorías comunes a los principales caracteres de personalidad de las personas que atraviesan la pérdida de un ser querido. Como cada ser humano es diferente, también lo son sus reacciones ante la muerte. De ahí que sea importante identificar cada tipo para definir la forma más adecuada de ayudar a la persona a superar su dolor.